A diferencia de otras oportunidades, esta vez el Gobierno no moverá un milímetro su posición frente a las Farc para mantener con vida el proceso de paz.

Quien lo dice es Juan Gabriel Uribe, uno de los asesores del comisionado Camilo Gómez en la Mesa de Negociaciones. El legislador conservador asegura que el único camino que le queda al proceso es que las Farc cumplan con la palabra empeñada en el Acuerdo de San Francisco de la Sombra y empiecen desde ya a negociar una tregua bilateral.

"Si el Acuerdo prospera, habrá muestras evidentes de la voluntad de paz de las Farc. Si fracasa, será la demostración de que nunca la tuvieron", afirma Uribe Vegalara.

-¿Realmente es tan crítica la situación como para pensar en un rompimiento del proceso?

-En una negociación de este estilo durante todo el tiempo hay posibilidades de rompimiento. Es una situación que nunca está descartada. Desde luego, de lo que se trata es de sacar adelante la negociación, pero uno nunca puede desconocer que hay riesgos grandes.

-Como están las cosas, ¿cuál sería el camino para reiniciar las negociaciones y dar por superado este 'impasse'?

-El Gobierno ha sido claro: las Farc firmaron el Acuerdo de San Francisco, que contiene puntos específicos. Lo que queda es que las Farc cumplan con la palabra empeñada. Esa es la ruta para generarle una nueva dinámica al proceso. Así se conversó y así se firmó con las Farc.

-En anteriores oportunidades el Gobierno ha terminado cediendo frente a la guerrilla. ¿Va a pasar esta vez lo mismo?

-Lo de ahora no es un 'impasse'. Simplemente es un cambio de ritmo, de dinámica en el proceso. Eso fue precisamente lo que se acordó: que había que generar hechos concretos, que la negociación en medio del conflicto armado se agotó y que hay que entrar en un nuevo escenario, en el de la negociación sin el ruido de los fusiles. No cambiaremos de posición. Los Acuerdos se firman para cumplirlos.

-¿Las Farc le tienen miedo a la paz?

-Así lo ha dicho el Alto Comisionado. Evidentemente hay que tener valor para jugársela por la paz.

-¿Qué hay de diferente en el Acuerdo de San Francisco de la Sombra que haga despegar realmente el proceso de paz?

-Es claro que hay un documento importante -la propuesta de los Notables- que es un instrumento de la Mesa que permite tocar los aspectos que preocupan a los colombianos: los secuestros, la extorsión, los ataques contra la población civil, las violaciones al DIH. Con ese instrumento hay que buscar el cese de hostilidades para compremeter la guerra en la negociación, que es lo que quieren todos los colombianos.

-¿Las Farc son conscientes de la nueva realidad mundial generada por los atentados del 11 de septiembre?

-Nadie sería tan ciego para dejar de ver lo que está pasando en el mundo después del 11 de septiembre. Y no creo que las Farc sean ciegas.

-¿Qué aspectos del proceso tal y como ha venido marchando deben corregirse?

-Creo que ha llegado la hora de la verdad. Es el momento de pasar de las palabras a los hechos, esa es la realidad de la negociación. Es hora de entrar a tocar los temas que les interesan y les competen a todos los colombianos dentro de la negociación.

-Las Farc argumentan que ponerle plazos al proceso no es conveniente.¿Qué responde el Gobierno?

-Cuando uno tiene voluntad política, tres meses, una semana o un día son suficientes para avanzar por el camino que esperan todos los colombianos.

-¿Las Farc tienen esa voluntad política?

-Precisamente, las Farc han puesto su firma en un Acuerdo, el de San Francisco, que dice que las dos partes tienen la voluntad de generarle una nueva dinámica del proceso. Si el Acuerdo prospera, habrá muestras evidentes de esa voluntad de paz de las Farc. Si fracasa, será la demostración de que nunca la tuvieron.

-Además de las amenazas de la guerrilla, el proceso se ha visto afectado por las denuncias del Partido Liberal sobre la existencia de supuestos acuerdos secretos entre el Gobierno y las Farc. ¿Qué hay de cierto en esas denuncias?

-Falso de toda falsedad. El Gobierno colombiano no tiene absolutamente ningún acuerdo con las Farc que no conozca el país. Por supuesto estamos en procura de lograr la paz con la guerrilla, pero lo estamos haciendo de manera abierta, transparente y de cara a la nación entera.

-¿No hay entonces ninguna posibilidad de una Constituyente antes de firmar la paz con la guerrilla?

-En el Documento de la Comisión de Personalidades se menciona la posibilidad de realizar una Asamblea Nacional Constituyente, pero como punto de llegada del proceso de paz.

-¿Por qué razón sectores cercanos al Gobierno, especialmente en el Congreso, se han convertido en algunos de los más duros críticos del proceso de paz?

-Lo que pasa es que se está trabajando sobre la paz que quieren todos los colombianos y no solamente sobre la paz que quieren algunos sectores. Pero particularmente en este momento hay una congregación de la sociedad civil y de las fuerzas políticas en torno al Gobierno, que evidentemente está interpretando el sentir nacional frente al proceso. Eso implica que a este lado de la mesa, en el llamado establecimiento, estamos todos unidos en un propósito de paz claro que busca parar la depredación de la guerra.

-¿El Gobierno está corrigiendo la postura, para muchos demasiado débil, que ha asumido frente a la guerrilla?

-Los hechos actuales lo que demuestran es todo lo contrario a las críticas. La posición del Gobierno le apunta a que llegó el momento de la verdad, el de producir resultados.

-¿Qué tan factible es llegar a una tregua con las Farc como la que proponen los Notables?

-Llegar a ese punto es la intención de la negociación. Es lo que vamos a entrar a negociar, como propuesta del Gobierno.

-¿Funcionaría una tregua bilateral que no incluya al Ejército de Liberación Nacional y a las Autodefensas Unidas de Colombia?

-Hay que entender que la tregua y el cese de hostilidades con las Farc comprometerían el secuestro, la extorsión y todas las actividades que amenazan la integridad de la población civil y de los mismos combatientes. Creo que una invitación en tal sentido podría producir una remoción de los actores armados en el resto de las organizaciones.

-¿Peligra el apoyo de la Comunidad Internacional hacia la salida negociada al conflicto armado en Colombia?

-Creo que la Comunidad Internacional sigue apoyando la solución negociada. El proceso con las Farc tiene una Comisión Internacional Facilitadora de muy alto nivel que sigue muy interesada en la paz. Lo mismo puede decirse de las Naciones Unidas.

-En un escenario de ruptura, ¿podría pensarse en una intervención armada de países extranjeros en Colombia?

-De ninguna manera. Las Fuerzas Militares colombianas están perfectamente establecidas y tienen la capacidad necesaria para hacerle frente a cualquier tipo de situación en el orden público.

-¿Qué vendría para el país en caso de que las negociaciones fracasaran?

-El escenario para Colombia siempre es el del futuro. El de tomar las decisiones para garantizar un mejor porvenir para los colombianos y para un país en busca de su estabilidad y de su viabilidad nacional.

-Si el diálogo se enruta, ¿qué proceso de paz le entregará el Presidente Andrés Pastrana a su sucesor en la Casa de Nariño?

-Todo depende de este momento. Del cumplimiento que hagan las Farc del Acuerdo de San Francisco de la Sombra.