'Farc, una especie de sietemachos'
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Ahora que el Caguán vuelve a la escena nacional, se abre debate sobre la actitud de las Farc, que han venido vendiendo la idea de que es el Gobierno el que necesita de la mesa de diálogo más que esa organización. Entrevista con el académico Álvaro Camacho.

Por Bibiana Mercado 

De la Unidad de Paz 

Durante el tiempo en el que han avanzado los diálogos de paz, muchos han hecho de tripas corazón... 

El Congreso aprobó la ley de Orden Público sin hacerle ninguna reforma de fondo a pesar de estar vivo el debate sobre lo que ocurre en la zona de distensión, figura contemplada en esa ley; el Presidente aceptó con resignación el portazo a su propuesta de tregua navideña, aun cuando ahora intente cobrar el alto al fuego decretado de manera temporal y unilateral por las Farc; el comisionado Víctor G. 

Ricardo promueve la prórroga del despeje sin ripostar la 'amenaza' de las Farc de devolverle al Gobierno los cascos urbanos de los cinco municipios. 

"'Más necesita usted la paz que nosotros', ese es el mensaje que está mandando 'Raúl Reyes'", dice el catedrático Álvaro Camacho, del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional, al analizar la actitud que vienen observando las Farc: 

¿Existe soberbia por parte de las Farc o usted qué opina de la actitud de esta guerrilla? 

Hay tres cosas que se deben distinguir: una es el proceso de negociación, otra la política de paz y una final es el teatro que se monta en torno al proceso de negociación y a la política de paz. Sobre esta última hay que decir que todo esto se inició como un proceso que tiene una enorme dimensión teatral y publicitaria con la foto de Pastrana con 'Marulanda'. Hay todo un manejo de opinión pública de imagen, de teatro y las Farc le han seguido jugando a eso. Han montado un teatro enorme: dejaron metido a Pastrana el día de la inauguración de la mesa y, con un montón de espectadores, eso fue una escena. Por esto, cuando el Presidente dice una cosa, 'Raúl Reyes' sale y dice otra distinta y monta un gran show y esa es en gran parte la arrogancia de las Farc. 

Ahora, el teatro no es gratuito. Está en función también de la política de paz de las Farc o de la política de confrontación que consiste en llegar agrandados a la mesa habiendo movido una opinión pública con la pretensión de que debilitan al Gobierno ante esta. 

¿No es un riesgo asumir esa agresión hacia la otra parte

Es profundamente riesgoso, pero no confundamos el teatro con la política, aun cuando el teatro hace parte de la política, pero en esta última hay algo más. 

Hablemos de ese teatro, ¿cuáles son los riesgos que implica para las Farc su actitud en relación con una sociedad que también se siente agredida? 

Ese es un poco el efecto perverso para las Farc, porque la gente se pregunta hasta cuándo nos vamos a aguantar esta especie de sietemachismo de las Farc.

¿Sietemachismo? 

Sietemachos es una vieja película de Cantinflas sobre el símbolo del macho mexicano. Las Farc son una especie de eso. El machismo que hacen las Farc está representado en su actitud impositiva, dura, intransigente, militar, varonil... la gente está aburrida de todo este lenguaje confrontacional de las Farc

Pero, ¿les importa a las Farc la impopularidad? Yo creo que no les importa mucho. El desgaste al que someten a Pastrana puede ser una ganancia mayor que la pérdida de imagen ante la opinión pública. 

Esta guerrilla decretó la tregua... 

Eso hace parte del teatro para el público. Las Farc dejaron claro que declararon la tregua no porque hayan acogido la propuesta de Pastrana sino por recoger el clamor ciudadano. Hacen teatro para bajarle los sumos a Pastrana. 

¿Por qué bajarle los humos cuando el Gobierno necesita estar rodeado en su propósito de buscar la paz negociada

Porque el desgaste es frente a ellos y no ante la opinión pública. De hecho, las Farc han venido ganando todos los puntos frente al Gobierno: sacan a la Fiscal, niegan la creación de la comisión de verificación... 

¿No considera usted que, hablando de ese teatro, el gobierno de Pastrana debería ponerse los pantalones del macho mexicano para replantear esta situación? 

Cada vez que Pastrana lo ha intentado, mire cómo le ha ido... Pastrana no va a ganar en ese terreno porque a él le interesará ganar en la mesa de negociaciones. El tema de la negociación es a otro precio. 

¿Cómo es ese terreno de la negociación política?

Podría ser que Pastrana logre llevar a las Farc a un proceso de negociación más o menos eficiente y rápido. Esa es una carta. Pastrana en el campo del teatro no tiene nada que hacer, pero eso no significa que en la negociación vaya a perder. 

¿Incide en la mesa el paquete de ayuda que se prevé E.U. desembolse a Colombia y que fortalecerá al Ejército? 

Tiene una incidencia tremenda. Eso, sin duda, va a ser llevado a la mesa de negociación por las Farc, porque aun cuando no esté explícitamente en ninguno de los puntos de la agenda, tiene que ver con muchos de ellos. Eso va a alargar la negociación y hacerla más compleja. 

¿Usted qué replantearía frente a las Farc para contrarrestar sus pretensiones? 

Primero hay que seguir con la negociación y acelerarla; segundo, estas audiencias públicas hay que hacerlas en todo el país porque usted no puede plantear cosas con un fusil en la nuca, tiene que haber una mayor participación, pues ¿por qué las Farc o por qué Pastrana van a definir lo que quiere el pueblo colombiano? Las Farc no pueden seguir convencidas de que tienen el monopolio de la representación popular. Y es totalmente nocivo que este país, con el argumento de la paz, haga lo que las Farc quieran.

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