Informe Especial
Aumentan decesos de secuestrados en poder de la guerrilla este año, 164 muertos en cautiverio.
Entre las víctimas se cuentan 162 nacionales y 2 extranjeros. Antioquia y Valle los departamentos más afectados por el fenómeno.
Bogotá, 26 de octubre de 2000- Con la muerte en cautiverio de uno de los ciudadanos caleños secuestrados por el Eln en el kilómetro 18 de la Vía al Mar, a 164 asciende el número de personas que fallecen en estas circunstancias durante el presente año. Lo cierto es que este índice tuvo un alarmante incremento en los últimos 10 meses que hoy alcanza un 65 por ciento con respecto al mismo período de 1999.
De acuerdo con la información suministrada por el centro de estadística de los Gaulas Militares, 164 personas (58 más que el año pasado) murieron entre enero y octubre mientras permanecían secuestradas. Los listados oficiales relacionan a 162 nacionales y a 2 extranjeros. De las listas se desprende que 35 secuestrados -incluidos los dos extranjeros- fallecieron en poder de las Farc. Quince permanecían cautivos en guaridas del Eln, 6 con el Epl y 30 en campamentos de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc).
El informe señala también que al menos 13 personas encontraron la muerte a manos de la delincuencia organizada y sobre las circunstancias que rodearon el asesinato de otras 64 las autoridades no conocen detalles. Entre los sectores más afectados por la muerte en cautiverio de secuestrados sobresalen los agricultores con 30 casos. Le siguen los comerciantes con 20, los funcionarios públicos con 10, los ganaderos con 8 y los menores de edad con 5. Aunque el porcentaje de ciudadanos secuestrados que mueren en estas circunstancias es apenas del seis por ciento con relación a la cifra total de secuestros (2.646 casos conocidos por los Gaulas Militares), preocupa el hecho de que la mayoría habían ya cancelado la suma que exigían sus captores.
En cuanto al comportamiento regional del fenómeno, Antioquia es el departamento que ocupa el primer lugar con 39 decesos de personas secuestradas. En segundo lugar está Valle con 16; Cauca, Santander y Norte de Santander con 14, y Magdalena con 8. El Código Penal establece que la muerte de una persona en cautiverio se tipifica como homicidio preterintencional. La integridad y la vida de los secuestrados es responsabilidad única y exclusiva de quien los haya sometido al cautiverio, subraya la norma.
Los más conocidos
La historia reciente de Colombia registra célebres casos de secuestro y posterior muerte en cautiverio de nacionales y extranjeros.
Uno de los más sonados fue el secuestro de los misioneros norteamericanos Steve Welshy y Timoty Van Dike, miembros de la organización religiosa Nuevas Tribus de América. Perpetrado por guerrilleros de la cuadrilla 53 de las Farc, su rapto tuvo lugar en las afueras de Villavicencio el 16 de enero de 1994. A cambio de su liberación, el cabecilla de las Farc Henry Castellanos Garzón, más conocido como 'Romaña', exigió como pago un millón de dólares. Los cadáveres de Welshy y Van Dike fueron hallados año y medio después.
El 23 de noviembre de 1998, guerrilleros de la cuadrilla 'José David Suárez', del Eln, secuestraron al ciudadano francés Marie Aline Aoganesoff Chaleb, en Aguazul, Casanare. Los restos mortales del ciudadano extranjero aparecieron meses más tarde en cercanías de la localidad de Recetor. De acuerdo con el concepto de medicina legal, su muerte la produjo una insuficiencia cardiaca que se complicó por las condiciones inhumanas del cautiverio al que fue sometido.
En marzo de 1999 el turno fue para los indigenistas norteamericanos Terence Freitas, Ingrid Inawatuk y Larry Gay. Un guerrillero de la cuadrilla 45 de las Farc los ejecutó por orden expresa de Germán Briceño Suárez, alias 'Grannobles'. Fueron acusados de ser agentes encubiertos de la CIA. A su vez, el ingeniero de 54 años de edad Carlos Gustavo González -uno de los secuestrados del avión Fokker de Avianca- falleció el 9 de junio de este año cuando era mantenido cautivo por el Eln. Los médicos forenses dictaminaron un paro cardiaco. Aunque no murió en cautiverio, Miguel Alberto Nasiff García, médico cardiólogo secuestrado por el Eln en Cali, es otra de las víctimas fatales del secuestro. Falleció el 10 de octubre por los golpes que sufrió en un testículo, en el tórax y en otras partes del cuerpo. "Lo patearon todo el tiempo hasta cuando ya no pudo más -sostuvo uno de los médicos que atendió al cardiólogo-. Incluso él les suplicó a los guerrilleros que lo mataran porque no podía seguir caminando y entonces lo dejaron abandonado".
El macabro negocio del secuestro
Las autoridades estiman que por cada negocio culminado exitosamente los secuestradores -ya sea que se trate de guerrilleros o de delincuentes comunes- obtienen ganancias anuales que oscilan entre 100 y 1.000 millones de pesos. Podría asegurarse entonces que en los últimos cuatro años la guerrilla recibió más de 600 mil millones de pesos por el pago de rescates. Es tan lucrativo el secuestro que este se ha convertido en una verdadera industria, al punto que la subversión compra secuestrados a bandas de delincuentes comunes que se transan a cambio de un porcentaje del dinero obtenido después de culminar el proceso de negociación.
La situación más degradante se presenta cuando secuestran a una persona, la asesinan y luego negocian su liberación como si estuviera viva, obteniendo de la familia el pago exigido. Posteriormente cobran una nueva cantidad de dinero para suministrar información sobre la ubicación del cadáver.
|