EL COSTO DE LA PAZ
Expertos de Planeación Nacional calculan que se necesitarían 150 millones de dólares anuales para sostener a la guerrilla, Farc y Eln, si hay cese del fuego y mientras se llega a un acuerdo de paz.
El secuestro de niños para obtener millonarios rescates y la notificación a los principales empresarios del país de que tienen que pagar a las Farc un impuesto del 10 por ciento trajeron a colación nuevamente un tema que por ahora el país no quiere enfrentar: la financiación de la guerrilla durante el proceso de paz. El primero en hacer la propuesta fue el Eln durante la reunión con la sociedad civil en Maguncia, Alemania, en julio de 1998. Entonces, a través de su vocero Pablo Beltrán, el grupo guerrillero se mostró dispuesto a suspender los secuestros y extorsiones si el gobierno, con el apoyo de sectores económicos del país y la comunidad internacional, les garantizaba su manutención mientras negociaban la paz.
El hecho desató un debate y la primera reacción fue de rechazo. Mientras funcionarios como el procurador general de la Nación, Jaime Bernal Cuéllar, opinaron que el tema ameritaba un estudio detenido, otros lo descartaron de plano porque consideraron que sería como permitir una extorsión general de todos los colombianos.
Ahora el tema ha vuelto a cobrar fuerza, porque las Farc han disparado los niveles de secuestro de dos mil casos a tres mil que se calculan para este año, en busca de recursos para responder a lo que ellos consideran la amenaza del Plan Colombia.
Pero si el proceso de paz avanza, si se da un cese del fuego y de las hostilidades con miras a lograr unos acuerdos de paz, no cabe duda de que el país tendrá que analizar el asunto con cabeza fría. Teniendo en cuenta esta coyuntura, el Departamento Nacional de Planeación elaboraró unos cálculos sobre cuánto le costaría al país sostener a la guerrilla en tregua.
El punto de partida fueron los estimativos de las Fuerzas Armadas, los organismos de seguridad y la Consejería Presidencial para la Defensa y la Seguridad. Se calcula que desde 1991 la guerrilla -Farc y Eln- recibe ingresos anuales que fluctúan entre 370 y 680 millones de dólares. "Del tráfico de drogas derivan el 41 por ciento de los ingresos; por robos y extorsión, 28 por ciento; por secuestros, 19 por ciento; por ingresos relacionados con corrupción, 4 por ciento y por inversiones, 6,5 por ciento", dice el documento.
En la actualidad se calcula que, como mínimo, la guerrilla recibe ingresos anuales por 576 millones de dólares que, distribuidos entre veinte mil hombres en armas, arrojan un promedio individual de 28.800 dólares por año. De esa cifra dedujeron "los costos asociados con la actividad guerrillera", como la dotación inicial por guerrillero que calculan cercana a los mil dólares y que debe reponerse cada tres años. Según los expertos de Planeación, esto supondría que los costos anuales por dotación ascienden aproximadamente a seis millones de dólares.
EL MANTENIMIENTO
Otro factor de análisis fue el del sueldo promedio, que con base en información de las Fuerzas Armadas, fijaron en 300 dólares mensuales. De esta manera, los gastos anuales de la guerrilla en salarios se acercarían a 72 millones de dólares.
Pero también tuvieron en cuenta que "la guerrilla incurre en costos variables para adelantar esta actividad, que son difíciles de cuantificar". Sin embargo, con base en la información disponible, aseguran que puede supo- nerse que son proporcionales al contingente de guerrilleros y ascienden al mismo monto del costo salarial. Es decir que por otros gastos suman 72 millones de dólares más por año.
En total, calculan los expertos, el mantenimiento básico de 20 mil guerrilleros le costaría al país no menos de 150 millones de dólares anuales, unos 300 mil millones de pesos. Es decir, 25 mil millones de pesos al mes.
El 5 de julio, el diario El Tiempo publicó un artículo basado en fuentes del Ejército que calcularon que sostener a las Farc costaría 3.240 millones de pesos mensuales, es decir, 180 mil pesos mensuales por cada hombre sobre la base de 18 mil alzados en armas. El cálculo, sin embargo, se aleja bastante del que ha hecho Planeación Nacional.
El documento de Planeación, conocido por CAMBIO, explica que los 150 millones de dólares anuales son una cifra sensata, porque el negocio de la guerrilla es demasiado rentable. La cifra sería mayor si se calcula el costo de hacer la paz en el país. Según los expertos, "la única forma de cuantificar el costo de restablecer la paz es considerar cuánto sería necesario invertir para acabar con un negocio que tiene tantos rendimientos". Por eso la conclusión es que para todo el proceso se requieren por lo menos siete mil millones de dólares, casi el mismo monto del valor del controvertido Plan Colombia.
También calcularon que para "dirimir el conflicto en cinco años, el valor de recursos demandados llega a los 2,4 billones de pesos". El estudio dice, sin embargo, que las cifras pueden variar a favor del gobierno si las fuerzas del orden mejoran su efectividad en la lucha contra el narcotráfico y la guerrilla, caso en el cual "se puede esperar que esta inversión reduzca a la mitad el costo del conflicto armado".
Según se desprende del análisis de Planeación, independientemente de cuál sea el acuerdo a que lleguen el gobierno y la guerrilla, si la etapa que viene es la discusión del cese del fuego y las hostilidades, es urgente la consolidación de un fondo nacional para la paz con un capital mínimo de tres mil millones de dólares.
Para senadores como Juan Manuel Ospina, de la comisión de paz del Senado, el asunto financiero va a estar sobre la mesa en cuestión de poco tiempo, porque "las Farc no se van a desmovilizar de un día para otro y entre un cese del fuego y la firma de unos acuerdos de paz habrá un periodo de manutención que alguien tiene que pagar".
Expertos como el catedrático Ernesto Borda, que ha participado en las conversaciones con el Eln, consideran que "el sostenimiento de la guerrilla en Colombia va a requerir ayuda internacional", como ocurrió en Centroamérica. En ese sentido, el costo debe calcularse con base en una estructura militar inactiva -que no ataca ni secuestra-, y no activa como es el caso del análisis hecho por Planeación Nacional.
El debate está ad portas y tarde o temprano los colombianos tendrán que enfrentarlo. Lo que nadie podrá negar es que para el país será mejor y le resultará más barato que la guerrilla deje de secuestrar y extorsionar, que permitir que se prolongue una guerra cada vez más costosa en vidas y recursos.