CARTA A LA SENADORA COLOMBIANA INGRID BETANCUR
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Agosto de 2000, Colombia

DOCTORA INGRID BETANCUR
SENADORA DE LA REPUBLICA
E.S.D.

Respetada Doctora:

Estamos consternados por la posición asumida por usted frente a las investigaciones que en cumplimiento de su deber está adelantando la Fiscalía y la Procuraduría contra el Ejército Nacional. Lo anterior porque estamos en guerra, y con posiciones como la suya, se le hace el juego a quienes están destruyendo el país. No negamos que al interior del Ejército se pueden haber cometido actos que deben ser investigados por los entes de control, quienes darán en su oportunidad los veredictos respectivos, pero en lo que no estamos de acuerdo es que nuestros senadores, en un afán de protagonismo estén echando leña al fuego, cuando el país está siendo destruído por la guerrilla con el silencio cómplice de los padres de la patria.

Queremos y exigimos que usted adopte posiciones de vanguardia, denunciando en el Congreso y a nivel internacional a los responsables de todas las masacres, de las destrucciones de los pueblos, de las violaciones de los derechos humanos que se cometen contra la Población Civil, de los secuestros de niños y adultos, del establecimiento de "pescas milagrosas" y "vacunas", de la voladura de oleoductos y de torres de energía, del uso de armas no convencionales como los cilindros de gas, del asesinato de soldados y policías que se han rendido y su posterior mutilación y degollamiento, de las presiones sicológicas y amenazantes contra los campesinos, de la entrega a alzados en armas de zonas de distensión, del silencio mudo de las autoridades gubernamentales y del Congreso de la República frente a las tomas guerrilleras de indefensos municipios, del secuestro por mas de 2 años de humildes soldados y policías por parte de la guerrilla, de la pantomima del proceso de paz, de las amañadas audiencias públicas, del asesinato de 13 sacerdotes católicos y de 46 pastores evangélicos a manos de los alzados en armas, del cierre de mas de 300 templos, del asesinato de todos los que no comulgan con los ideales asesinos de la narcoguerrilla, y demas actos de salvajismo.

Honorable Senadora, recuerde que usted es Padre de la Patria y como tal está cumpliendo con un deber constitucional como los soldados que están prestando el servicio militar, pero también recuerde que esos soldados y policías al igual que todos los congresistas han sido declarados objetivos militares por la subversión. El enemigo de Colombia no son las Fuerzas Militares, ni es la izquierda abanderada de ideales filosóficos, ni es la derecha que quiere una nueva Colombia, ni es la población civil que sufre en carne propia los horrores de la guerra. El enemigo son los bandoleros que se aprovechan de los múltiples problemas que tiene nuestro país, para ganar en río revuelto engañando a la comunidad internacional, mostrándose como herederos de nobles ideales socialistas, cuando en realidad son hordas salvajes de asesinos.

Los ciudadanos de bien retamos a personajes como usted para que enarbolen las banderas de una verdadera justicia social, convivencia pacífica, restablecimiento de la seguridad ciudadana, respaldo a las instituciones gubernamentales democráticamente elegidas, respaldo a las Fuerzas Militares, respeto mutuo por los ideales individuales y fundamentalmente por que en Colombia la gente pueda vivir en paz, una vez se hayan acabado los flagelos que la tienen sumida en el abismo. Si asume el reto, el pueblo la acompañará, porque sabemos que Dios la estará guiando en tan noble empresa.

De la Honorable Senadora, Atentamente,

Un ciudadano colombiano

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